Todos los caminos de la ciudad de México llevan al Zócalo, pero para cada persona el camino es distinto. Yo llegué hasta aquí buscando historias. Aquí, en el centro de la ciudad de México, bajo un sol inclemente o bajo las súbitas tormentas de la temporada de lluvias que amenazan con inundar las carpas de los huelguistas, hablo con los trabajadores y trabajadoras de Luz y Fuerza del Centro que se mantienen en huelga de hambre en su lucha para recuperar su empleo. Contra los grandes medios de comunicación y contra el reloj que avanza en su contra. Estas son sus historias.

sábado, 29 de mayo de 2010

Rafa - día 35


Nombre: Rafael Muñiz Trejo

En huelga de hambre desde: 30 de Abril

Edad: 29 años

Puesto en LyFC: Laboratorio – protección 2

Rafa dice que a él no se le dan bien las entrevistas. Tímido y nervioso, busca con el cuidado de un coleccionista las palabras con las que describir todos los sentimientos que le embargan. A veces, en el límite de lo increíble, no logra hallarlas, y se declara rendido ante la imposibilidad de encontrar una sola palabra que describa lo que siente hacia el gobierno mexicano: no es posible, dice, no es posible. Los ciento cuatro kilos que declara haber pesado hace siete meses no se ven por ningún lado. Se han perdido junto con los planes de vida que Rafa nunca se cuestionó: hasta ahora. Ahora, en la quietud de acuario de la carpa, donde las horas son tan lentas y los únicos estímulos diarios son la llegada de La Jornada por la mañana y la visita de la familia, amigos o novia por la tarde, Rafa tiene el tiempo que necesitaba para revisar su vida y proyectar sus sueños en las blancas paredes de plástico.

A veces, como hoy, la monotonía del hambre y de la irremediable espera se ve rota por la llegada de algún periodista. Algunos husmean en los rincones con sus cámaras de alta definición en busca de inexistentes platos de comida. “¡Escondan sus tortas!” se carcajean los famélicos electricistas ante la llegada de los grandes medios de comunicación. Temblorosos, mareados y más desmejorados a cada día que pasa, los electricistas aguantan estoicamente los despropósitos del cerco mediático que se resquebraja un poco más a cada hora que pasa. Están comprando tiempo a costa de sus órganos internos, pero no cejan en su empeño de concederles a sus compañeros un día, una hora, un minuto más para que finalmente su despojo en particular y el saqueo de recursos energéticos en general penetre, por fin, de lleno en la agenda mediática.

Con voz cansada me habla Rafa de la España con la que -ahora que tiene tiempo- se permite soñar. Me pide que le cuente de nuestras gentes, de nuestro acento, de nuestros modos. No siempre tuvo el tiempo que ahora, por primera vez en muchos años, tiene. Sus sueños de estudiar y divertirse se le escaparon con la muerte de su padre cuando él tenía dieciocho años. El mayor de tres hermanos, Rafa abandonó entonces sus planes de estudio y entró a trabajar en LyFC para sostener a su madre y a sus dos hermanos menores. Trabajaba en los laboratorios, allí donde cada guante, cada bota y cada jirafa eran (y ahora si digo “eran” con plena consciencia y responsabilidad, pues no se sabe de nadie que esté supliendo estas tareas vitales ahora, en el presente, en las instalaciones de la CFE o las de sus misteriosos contratistas) revisados hasta en tres veces el límite de tensión que debían soportar. Si no pasaban la prueba, serían rasgados y desechados. Tarea de su equipo era también determinar de quién era la culpa de cada falla energética: si de la empresa demandante, de LyFC o de la CFE. El oscilograma (denominado jocosamente por Rafa y sus compañeros el chismógrafo) determinaría de quién había sido la culpa y quién, por lo tanto, debía pagar.

Una falla, cuenta Rafa, es como una gota en el agua: sus ondas y consecuencias se reflejan y dejan huellas en todo el sistema. Su tarea consistía precisamente en rastrear esas huellas y localizar el origen de la falla. No era una tarea exenta de riesgos. Dejar sin luz al ejército, por ejemplo, podía ser castigado incluso con la cárcel. No alcanza a imaginarse el mar de olas revueltas que revelaría ahora el chismógrafo. Me recomienda encarecidamente ir con cuidado al andar por las calles: en el centro histórico, los cables subterráneos de 23000 V están por fuera, al alcance de cualquier pie desprevenido. Los transformadores se hallan cubiertos de agua y hojas secas. Y cada vez más cables cuelgan sueltos desde las líneas aéreas, balanceándose inocentes sobre las cabezas de los desprevenidos transeúntes. Si oyes un chisporroteo, un ruido extraño sobre tu cabeza, me dice, corre.

Me pide que le hable de España, de Europa. Como responsable de su familia, nunca se permitió soñar hasta ahora. Pinto para él una puesta de sol, le hablo de los larguísimos atardeceres del norte de europa, donde las puestas de sol duran hasta dos horas y amanece a las cuatro de la mañana. Con los ojos brillantes me escucha mientras el atardecer de México, violentamente tropical, se extingue rápida y luminosamente en el cielo y da paso a una noche profunda. Al fondo, distinguimos a los soldados que, desde el Palacio Nacional, vigilan el campamento del SME y las carpas colindantes que ocupan ya toda la plancha del Zócalo. Atrapados en un edificio cuyos planos correspondían originalmente al de una cárcel, las siluetas de los soldados se recortan amenazadoras contra los barrotes que los protegen, o, según se quiera ver, los encierran.

3 comentarios:

  1. un buen compañero,un buen amigo y sobre todo un buen trbajador del departamento de Laboratorio del Escalafon de Tecnicos y Probadores dijno ejemplo de muchos que nos sentimos orgullosos de tener a Rafa Muñiz como nuestro lider y heroe de esta lucha de resistencia que llevamos a la victoria,me sinto orgulloso de tener a Rafa como mi compañero,Amigo y trabajador de este glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas
    VAMOS RAFA HASTA LA VICTORIA
    ERES UN HEROE
    MIS RESPETOS PARA TI Y TU BONITA FAMILIA
    TIENES SANGRE ELECTRICISTA
    BUEN EJEMPLO DE UN TRABAJADOR ELECTRICISTA
    VIVA RAFA MUÑIZ.
    SALUDOS.

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  2. rafa el mejor de todos los compañeros que pude aver tenido dentro de lyf siempre fiel y firme en sus deciciones felizidadez rafa gracias a ti le callaras la boca a mucha gente sigue en pie y como lyf sigue viva rafa viva lyf viva el sme atte:arturo ruiz

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  3. Compañero Rafa , un saludo y mis respetos, firme en tus convicciones, el destino nos lleva por sendas diferentes, pero ese no es motivo para no reconocer, tu valor, tu coraje,
    orgulloso me siento de haber sido compañeros.
    Atte
    Arturo Gonzalez

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